El contentamiento es aprendido

¿Se puede estar contento en medio de situaciones difíciles? Sí se puede. ¿Es fácil? De ninguna manera. De hecho, te propongo que es una disciplina aprendida en la vida.

De vez en cuando la vida nos presenta situaciones que representan un reto a superar. Situaciones difíciles, incómodas, de necesidad, de dolor… Pero en medio de esto, la Biblia nos enseña que podemos aprender a contentarnos. Podemos aprender a tener gozo. Frases como la escrita por Santiago el anciano: «Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas…», o las dichas por el apóstol Pablo: «He aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación…», o lo que leemos en la carta a los Hebreos: «… el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo…» (¿sufrir con gozo? ¿que no es contradictorio eso? En la vida cristiano no…), nos indican que  es una actitud hacia la vida posible de adquirir.

No se trata de querer «tapar el sol con un dedo», queriendo evitar ver lo que evidentemente está mal. No se trata de un razonamiento falto que ignora lo complejo de la situación. Se trata de que, entendiendo la situación tan a cabalidad como nos es posible, decidimos confiar en las promesas del Señor y vivir con esperanza y con gozo… contentos. Te confieso que cuando me desconcentro de estos principios, cuando olvido las promesas que Dios ha dado, cuando mi enfoque se coloca en las situación difícil, empiezo a perder el gozo. Por otro lado, cuando mi enfoque está en lo eterno, en las promesas que el Rey ha dado, en la bondad de Dios en medio de las circunstancias, puedo experimentar el gozo que viene de Él.

Te dejo con un verso que se ha convertido en mi oración estos últimos días (considerando y pensando en las promesas que Dios nos ha dado en medio de el proceso de prueba en el que estamos), y te deseo que juntos aprendamos a contentarnos cualquiera que sea nuestra situación:

Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar. Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado. Salmos 119:49-50

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