Algo que me encanta es platicar con mis hijos. Me encanta desarrollar esos conceptos «complejos» con niños pequeños: Es un reto emocionante.
Pues platicando con uno de mis hijos, llegamos al tema de la haraganería. Sí, tener esa actitud en la vida en la que no quieres trabajar, no quiere esforzarte, no eres diligente para lograr aquello que necesitas o que te has propuesto. Claro que se trata de una actitud cómoda, pero le explicaba a mi hijo las terribles consecuencias de tal actitud y cuán fácil es caer en ella y cómo podemos evitarla.
Al estar pensando en el tema, no me costó pensar en muchas personas que he conocido a lo largo de la vida que, por una actitud de haraganería, no consiguieron aquello que se habían propuesto… o peor aun, aquello que necesitan. La Biblia nos enseña conceptos como la fidelidad, la diligencia y el trabajo duro. Estas son características de los seguidores del Rey, y una actitud contraria no permite que la expansión del Reino se dé como el Rey lo demanda.
Como platicábamos con mi hijo: Cuidado con la haraganería… no caigas preso de su comodidad…