Punto de decisión

¿No te ha pasado que quisieras tener lo mejor de dos opciones? Piénsalo… Algunos quisieran tener el título académico, pero también la libertad de no estudiar. Quizás otros querran tener las ganancias financieras de un empresario, pero también no tener que trabajar tan duro.

Este fue el caso de los nuevos habitantes de Samaria. La historia se relata en el libro de 2 de Reyes, en el capítulo 17. Allí se describe cómo Israel fue llevado cautivo por el rey de Asiria, Salmanasar, y luego la ciudad de Samaria fue «llenada» de personas de otras naciones.

En ese contexto, Jehová envía a los nuevos habitantes de Samaria, que vienen de un contexto pagano (no adoran a Jehová), una «plaga» de leones que los atacan. Estos habitantes con temos piden al rey de Asiria que les envíe a alguien que pueda enseñarles cómo temer al Dios de aquella tierra. Es así como llega a ellos un sacerdote de Israel y les enseña a «cómo habían de temer a Jehová».

La Biblia entonces nos cuenta que estas gentes temían a Jehová, pero servían a los ídolos… Es decir, querían vivir ambas cosas. Los beneficios de temer a Jehová y la falta de compromiso para adorar a otros dioses… La Biblia lo describe de esta manera en 2 Reyes 17:41

Así temieron a Jehová aquellas gentes, y al mismo tiempo sirvieron a sus ídolos; y también sus hijos y sus nietos, según como hicieron sus padres, así hacen hasta hoy.

Creo que tú y yo tenemos el riesgo de ser «los nuevos habitantes de Samaria», que quieren temer a Jehová, pero al mismo tiempo servir a los ídolos. Quiero recordarte que, según Colosenses 3:5, la avaricia es idolatría…

Muchos queremos vivir para hacer dinero, pero al mismo tiempo en una relación con el Rey, que produce fruto para Su gloria… Algunos quieren los placeres de este mundo y la pseudo seguridad que nos da, y al mismo tiempo tener una familia guíada por Dios… ¡Qué error! Es cuestión de enfoque en la vida. El enfoque máximo debería ser temer a Dios y vivir para glorificarle (dando fruto), y subordinar todos mis otros deseos y metas a esto. Debemos llegar, cada día, a este punto de decisión.

Si eres sincero contigo mismo, ¿qué tan importante es para ti el dar fruto? ¿Qué tanto piensas en esto? ¿Cuánto de lo que haces, lo haces para glorificar a Dios?

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