Soldados del Rey II

En la entrada anterior comentaba sobre cuatro aspectos que no permitían a un soldado del pueblo de Israel estar «de alta» en la guerra, y que considerándonos soldados del Rey me parecen aspectos muy interesantes para nuestra vida.

El segundo aspecto que no le permitiría a un soldado ser efectivo en batalla era descrito por otra pregunta hecha por los oficiales: ¿Y quién ha plantado viña, y no ha disfrutado de ella? Vaya, y vuélvase a su casa… Y es que nadie puede ser efectivo en batalla si su corazón está puesto en «disfrutar de este mundo».

Vez tras vez vemos este concepto en el nuevo testamento. Fue el Maestro quien dijo que hay muchos que oyen la palabra de Dios, pero son ahogados… específicamente «son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida,  y no llevan fruto». También Pablo, al escribir a su hijo en la fe, a Timoteo, le dijo que «ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida,  a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado». Y es que tiene todo el sentido. Si tú estás en la guerra, pero no estás comprometido con la visión de aquel que te llamó a la batalla, no podrás dar el todo por el todo… Y en una batalla, esto es muy peligroso.

Somos soldados del Rey… ya fuimos enlistados. Si tú y yo tenemos nuestro corazón en los placeres de este mundo infructífero, no podremos ser efectivos en batalla.

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